Vivimos en un mundo donde los medios de comunicación han evolucionado significativamente, ofreciendo una amplia gama de opciones para mantenerse informado sobre los acontecimientos globales. Mientras que una parte de la población continúa confiando en los canales tradicionales como la prensa, la radio y la televisión, cada vez más personas recurren a plataformas digitales, incluidas redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea y sitios web para satisfacer sus necesidades informativas, como revela el informe Digital News Report 2024, elaborado por el Instituto Reuters, sobre el consumo de noticias digitales en todo el mundo, pero ¿es cierto todo lo que leemos o vemos?
En esta era de la hiperconectividad, la información fluye a una velocidad vertiginosa, pero junto a ella también circulan las noticias falsas o bulos, conocidas también como fake news. A este fenómeno lo conocemos como desinformación y se caracteriza por propagarse rápidamente a través de redes sociales, aplicaciones de mensajería o vídeo y otros entornos digitales.
En contextos de emergencia, la propagación de bulos o fake news puede ser aún más dañina y tener peores consecuencias en la sociedad, al dificultar la toma de decisiones y sembrar el pánico. Justo por este motivo, las crisis o situaciones de emergencia como podrían ser incendios, inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos, huracanes, tsunamis… se convierten en el escenario perfecto para la difusión de bulos o noticias falsas por las consecuencias negativas que generan en los ciudadanos.
¿Sabes cómo nace y se propaga un bulo? En nuestro cómic titulado La vuelta al mundo en 80 mensajes: el bulo te lo contamos. Puedes descargarlo aquí.
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Fakenews y deepfakes: qué son y cómo contrastarlas
¿Qué es un bulo o fake news?
El concepto «fake news», noticia falsa o bulo, hace referencia a toda aquella información difundida a través de Internet (portales de noticias, prensa, radio, televisión y redes sociales) que tiene como objetivo desinformar, manipular y engañar a un público en específico.
Generalmente, se trata de noticias creadas deliberadamente con la intención de causar polémica, desprestigiar a sujetos u organizaciones, o generar una opinión sesgada en la sociedad. Al presentar hechos falsos como si fueran reales, las fake news se consideran una amenaza a la credibilidad de los medios de comunicación serios, por lo tanto, debemos ser cautos a la hora de distinguir informaciones reales de bulos, rumores o informaciones poco objetivas.
Los deepfakes pueden ser de dos tipos: deepface (se superpone el rostro de una persona en el de otra) y deepvoice (es una suplantación de la voz de una persona creando discursos falsos).
Cómo detectar bulos y fake news
Para detectar bulos y fake news te recomendamos seguir los siguientes pasos.
¿Quién lo publicó? Si una noticia es real estará firmada por su autor, citará a las fuentes en las que se haya apoyado para redactar la información y estará publicada en la web oficial del medio de comunicación o empresa. Si no tiene un autor claro o proviene de un sitio desconocido, sospecha.
Busca el sitio web: Si incluye un enlace, fíjate en la URL. Los sitios fraudulentos suelen tener nombres extraños, parecidos a medios reales, pero con pequeñas modificaciones (como «noticiasveraz.com» en lugar de «noticiasverdad.com»).
2. Examina el formato
Los bulos o noticias falsas suelen estar mal redactados y contener errores gramaticales y ortográficos, aunque con el uso de la inteligencia artificial, cada vez es más difícil detectar este tipo de fallos.
Respecto a las imágenes manipuladas o fuera de contexto, búscalas en algún buscador para ver si ya fue usada en otro momento o contexto.
3. Verifica la noticia
Si la información parece alarmante o increíble, búscala en varios medios reconocidos. Si ninguno lo menciona, probablemente sea falsa.
Asegúrate de que la noticia sea actual. Algunos bulos reciclan noticias antiguas o las sacan de contexto para llamar tu atención.
4. Desconfía de los mensajes alarmistas o emocionales
Los mensajes que apelan al miedo, la ira o la compasión exagerada suelen ser falsos ya que recurren al lenguaje sensacionalista para generar emociones en el receptor.
Si te llega alguna cadena de mensaje que pide que lo «envíes a todos tus contactos» también suelen ser casi siempre bulos.
5. Revisa las pruebas y citas
¿Hay datos concretos? Un bulo o noticia falsa suele carecer de fuentes verificables o utiliza «estudios» o «expertos» genéricos sin nombres ni detalles específicos.
La posverdad, conocida también como mentira emotiva, implica la distorsión deliberada de una realidad, primando las emociones, creencias o deseos de un público frente a los datos objetivos con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. La posverdad es uno de los pilares de la propagación de bulos y noticias falsas.
Existen sitios como Maldita.es, Newtral, Snopes o AFP Factual en España que se dedican a desmentir bulos. Si dudas alguna vez de alguna información, puedes consultar estas webs para comprobar si ya ha sido verificada por estos profesionales.
7. Configura tus redes para reducir bulos
En redes sociales, denuncia publicaciones falsas y desactiva las notificaciones de cuentas poco confiables.
8. Piensa antes de compartir
Antes de reenviar un mensaje, pregúntate:
• ¿Hay pruebas sólidas que la respalden?
• ¿Podría causar daño si es falsa?
Cómo afectan los bulos y fake news en los ciudadanos
La proliferación de bulos conlleva riesgos directos para quienes los reciben. A continuación, os enumeramos algunos de ellos relacionados con la ciberseguridad.
• Engaños y estafas digitales (phishing). Los bulos pueden ser utilizados para atraer a las personas a hacer clic en enlaces maliciosos, descargar archivos infectados o proporcionar datos personales y financieros a delincuentes. Ejemplo: Mensajes falsos sobre premios, ofertas irresistibles o alertas de seguridad urgentes.
• Ciberestafas: Siempre hay personas que intentan sacar rédito económico de todas las situaciones. Los casos de emergencia en los que se solicita colaboración ciudadana para ayudar a los damnificados de una catástrofe son el escenario idóneo para llevar a cabo acciones fraudulentas.
Se han dado casos en los que se han creado webs falsas para aprovecharse de la solidaridad de las personas que deciden colaborar económicamente con los afectados solicitando ayudas, por ejemplo, en criptomonedas, enviando dinero a cuentas en manos de los hackers, o enviando mensajes con enlaces falsos para el robo de datos o suplantación de identidad.
• Robo de identidad: Si los bulos llevan a las personas a compartir información sensible (como contraseñas o datos bancarios), los ciberdelincuentes pueden utilizar esta información para suplantar identidades. Consecuencias: Acceso no autorizado a cuentas, uso fraudulento de tarjetas de crédito, etc.
• Difusión de malware: Algunos bulos contienen enlaces o archivos adjuntos que instalan software malicioso, como ransomware o spyware, en los dispositivos de las víctimas. Esto puede resultar en el bloqueo de datos personales o en el espionaje de actividades digitales.
• Ataques dirigidos (spear phishing): Algunos bulos pueden recopilar información personal a través de encuestas o formularios falsos para luego personalizar ataques más sofisticados.
• Pérdida de confianza en fuentes legítimas: Los bulos pueden deslegitimar fuentes reales de información o seguridad (como bancos o instituciones gubernamentales), dificultando la capacidad de las personas para identificar comunicaciones legítimas.
• Confusión ante las recomendaciones oficiales. La expansión de desinformación hace que muchas personas se sientan confundidas ante indicaciones contradictorias y no sepan cómo actuar. Esto dificulta la coordinación y ejecución de las medidas preventivas, ya que algunos ciudadanos optan por ignorar las recomendaciones reales en favor de rumores o consejos no verificados.
• Sobrecarga de los servicios de emergencia. La circulación de noticias falsas puede saturar los servicios de emergencia con llamadas innecesarias, consultas de ciudadanos confundidos y peticiones de ayuda que no corresponden a la situación real. Esto desvía recursos críticos de las verdaderas situaciones de riesgo, limitando la capacidad de respuesta a quienes realmente necesitan asistencia.
• Riesgos de salud y seguridad personal. Algunos bulos promueven conductas que ponen en peligro la salud o seguridad de las personas, como quedarse en vehículos en medio de una inundación o no evacuar zonas de riesgo por haber recibido algún mensaje no oficial con esas indicaciones.
• Tensión social y conflictos entre ciudadanos. La expansión de bulos también puede generar divisiones entre los ciudadanos, enfrentando a quienes creen y comparten la información falsa con aquellos que intentan desmentirla. Esto puede generar conflictos, desconfianza y dificultad para establecer redes de apoyo comunitario, esenciales en emergencias.
• Dificultad para movilizar la ayuda humanitaria. La desinformación puede entorpecer la movilización de ayuda y recursos en zonas afectadas, al generar incertidumbre sobre qué áreas están en mayor necesidad o en mayor riesgo. Esto afecta tanto a la respuesta institucional como a la ayuda ciudadana, ralentizando la llegada de asistencia esencial.
Cómo actuar ante bulos y fake news
A continuación, recopilamos cinco consejos que el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) recomienda ante la recepción de bulos y fake news:
1. Mantén la calma y la prudencia. Merece la pena dedicar unos minutos a analizar la información antes de confiar en un contenido determinado y divulgarlo.
2. Contrasta la información. Comprueba la veracidad de la noticia, observando si está publicada en sitios de reconocido prestigio informativo, y desconfiando de aquellos medios que parezcan poco profesionales.
3. No compartas las noticias falsas. Es recomendable eliminar los bulos y noticias falsas del dispositivo y evitar su difusión descontrolada. Rompiendo la cadena estamos impidiendo que otras personas reciban la información.
4. Reporta la noticia falsa. Las redes sociales y muchas páginas web ya ofrecen la opción de denunciar estos contenidos desde la propia publicación. También podemos contactar con los administradores de la web, o con entidades especializadas en verificación de información, como algunas de las anteriormente mencionadas, para avisar del riesgo de difusión.
5. Informa a tus contactos. Tanto la persona que ha enviado el bulo, como las personas receptoras de la misma, agradecerán saber que se trata de un contenido falso.
Para concluir, desde CSIRT-CV consideramos que lo más recomendable es adoptar un enfoque crítico como mejor herramienta para combatir las fake news o bulos y ayudar a detener su propagación.